Servicio Social
El día lunes 20 me presenté con mi ahora jefe del servicio, el señor es un doctor ya entrado en años que descubrió una epidemia en los niños capitalinos y la manera de curarla (al menos de eso hace alarde). Es muy sencillo, en la cavidad nasal que sirve para hidratar el aire que respiramos se crea una membrana que no deja que se humidifique o algo así. Pues este tapón causado por nuestra amada contaminación chilanga se supone es causa de alergias y enfermedades y bueno eso dice el doc.
Ustedes se preguntarán que hace un ilustre Ingeniero Mecánico serviciándole a un doctor, pues yo también me lo pregunto. En la semana que llevo haciéndome wey solo me he dado cuenta de que me esperan unas 480 horas muy largas, hoy fue el colmo. Su humilde servidor llegó puntualmente dos horas tarde para echarse una pestañita seguida de una buena dosis de música proveniente de su iPod para después regresarse a su casa y hacer cosas más entretenidas como escribir en el presente blog.
Ahora estoy pensando en tomar medidas desesperadas, irme a un pueblo perdido por la Bella-airosa Pachuca a ayudar en sus consultas de la investigación, así podré sumar horas de un jalón (cómo dicen los jóvenes de ahora) y olvidarme del servicio rápidamente, pero por ahora todo es incertidumbre, mañana se supone jalábamos para allá pero el señor no sabe nada, no se cuántas horas me pondrá diario y si vale la pena hacer la vuelta, no se cuanto tiempo me alejaría de las comodidades que brinda mi hogar y no se a que demonios va un ingeniero a hacer consultas medicas.