Friday, February 26, 2010
Thursday, February 18, 2010
Tuesday, February 16, 2010
Que Demonios con la Publicidad
Wednesday, February 10, 2010
La Perra Regresó
Hace unos cuantos años, pasó por casa de mi abuela una pinche sirvienta de esas que nunca se te olvidan. Por ésas épocas desaparecían objetos de toda la familia bastante seguido, yo recuerdo haber perdido una o dos gorras de los Yankees y las llaves de mi casa, a un primo sus memory sticks del play y bueno entre otras cosas sospechábamos que era una perra ratera.
Un buen día (o noche mejor dicho) que se fue a su pueblo seguramente, nos aventuramos a su cuarto en la azotea de la casa de mi abuela. Cómo era de esperarse su cuarto estaba cerrado con un buen candado, pero listos como somos en la familia quitamos el vidrio de su ventana para colarnos por allí y luego volverlo a poner sin dejar huellas.
Eramos tres, y tan cautelosos que cuando uno quiso fumar dentro el otro lo regaño y lo sacó para que no dejar rastros dentro de la habitación (tan sucia como la caseta de un vagabundo que vive en Metro Catapultec, para los que lo han visto). Ahí dentro lo primero que vimos eran las tarjetas de memoria del play, empezamos bien. Luego nos dispusimos a buscar debajo de las camas y colchones, dónde encontramos condones, envoltorios de condones y un frasquillo con un pene de plástico dentro y un ungüento que dictaba: "úntese (que seguramente no tenía acento en la "u") alrededor del ombligo para excitar a la persona" (o una pinche cerdada por el estilo).
Después saque habilidades de ratero y en un dos por tres encontré enrollado en papel de baño, dentro de una bolsa, dentro de un pantalón, dentro de un closet un fajo que contenía $15000.00 MXP, seguí buscando y encontré otro rollo igual. Ahí frente a nosotros teníamos treinta mil pesos, por lo que decidimos hablarle a un buen amigo de la familia. El buen abogado nos dijo que no metiéramos en problemas a la abuela y que mejor dejáramos el dinero ahí para que la corrieran en cuanto regresara. Lamentablemente algo pasó que se dio cuenta que irrumpimos en su cuchitril y el proceso para que se largara duró más de lo esperado, pero finalmente se fue.
Hoy voy entrando a casa y la veo en la puerta, y hasta me da un cordial saludo, que claro no contesté. Claramente la perra (mejor dicho, la gata) cínicamente venía a pedir trabajo, pero le dije a mi abuela que si ella entraba a su casa yo no volvía a poner un pié ahí, también le dije que mis primos seguramente tomarían una actitud parecida. Hablará mañana para que le den una resolución de su trabajo, que será negativa. Ay como la odio.